Frank Delgado - Balada de Nicanor

Nicanor, qué buena gente,
algo se traspapeló
en la burocracia universal
y quedaste pendiente.

Con su blanca palidez,
a veces le ocurren
cosas venturosas
diseñadas para el héroe que no es.

Alto ahí, Nicanor,
no te vuelvas suspicaz,
duérmete en el sopor
de que eres incapaz.
Alto ahí, por favor,
cada uno de nosotros
lleva dentro un Nicanor.

Nicanor, el hombrecillo,
que la anomalía se acabe
y la mediocridad lo arrope
es mucho más sencillo.

Nicanor, el hombre gris,
si el destino no lo reta
y no lo saca de su ostra
casi es un hombre feliz.